lunes, 23 de noviembre de 2009
INTRODUCCIÓN
La fuente íntima de la dignidad del hombre es su condicón de persona. La persona es un hombre, y este último es concebido como un animal racional, es decir, un ser personal compuesto de cuerpo y alma.
El cuerpo constituye parte de la esencia humana, de manera que la materia es un requisito para su grado de participación en el ser, para la existencia humana. El hombre es cuerpo, pero no sólo es cuerpo, sino cuerpo y alma.
La dignidad Humana
Tiene que ver con la justicia, que es la virtud humana que consiste en tener una firme y constante voluntad de dar a cada uno lo que le corresponde. Pero el término digno indica además una cierta excelencia, superioridad o nobleza y conlleva también una autoridad.
El ser humano no es un peldaño más dentro de la naturaleza, pues sus cualidades específicas, la racionalidad y la voluntad, lo hacen estar muy por encima del resto de los seres vivos, pues por ellas tiene la capacidad de ser dueño de sus actos y de perseguir fines que él mismo se propone.
La corporeidad humana
Cada uno de nosotros se conoce a sí mismo, sabe quién es y cómo es; como personas humanas tenemos elementos en común y que nos caracterizan, y lo más externo y evidente de ello es nuestro cuerpo.
La corporeidad humana como manifestación de interioridad
La corporeidad humana está volcada hacia el interior, manifestando en su externalidad ese “dentro del hombre”; así pues, la interioridad del hombre se manifiesta a través del rostro ya que el hombre comunica.
Por medio de sus ojos, su mirada y sus gestos; y eso se contempla, se aprecia y se interpreta. Los animales en cambio, no contemplan, sólo miran.
Unión cuerpo y alma
El hombre no sólo es el que entiende y quiere, sino que además es el que siente, aunque entender sea sin cuerpo, entienda el hombre, cuerpo y alma; y que aunque sentir sea con cuerpo, sienta el hombre, cuerpo y alma.
El principio material (cuerpo) y el principio inmaterial (alma) actúan de tal manera que el principio inmaterial es el acto primero por el cual la persona come, camina, siente, entiende y quiere. A través del cuerpo es como el ser humano conoce, es el cuerpo el que hace de mediador para recibir los estímulos del mundo y son ordenados luego por la inteligencia en la percepción
CONCLUSIÓN
A lo largo de esta reflexión hemos visto que el ser humano posee el tipo de vida más alto que existe en la naturaleza, la vida inteligente; y es el ser con mayores perfecciones, por lo que su valor es mayor que el de otros seres, por ejemplo el de una planta. Puesto que el hombre tiene vida material y subsistente es el ser más digno de todos, como dice Santo Tomás: “el hombre es lo más perfectísimo de toda la naturaleza”.
Conociendo entonces la especial e inviolable dignidad del hombre, surge la inquietud por comprender de qué manera la naturaleza humana nos exige el amor a la persona y cómo en lo cotidiano podemos evitar transgredir su dignidad de manera que alcance así su perfección.
Debido a que todas las cosas que conocemos no son igual de perfectas, cada una tiene distinto valor y por lo tanto las debemos amar de distinta manera. Así, por ejemplo, no podemos amar de la misma manera a una silla que a la propia madre, ya que el valor de la silla está dado por su valor de utilidad, y cuando ésta se rompe ya no tiene valor. En cambio, a la propia madre, por ser perfectamente digna, la debemos amar por sí misma, por ser lo que es. La madre no es algo que me beneficie necesariamente, a ella se la ama por tener la perfección de la vida intelectual. Una de las cosas que más enamoran es la intimidad de la otra persona, ir conociéndola en su interioridad. Por eso, para amar debidamente y dignificar constantemente a la persona se requiere cultivar la vida interior, de modo de tener mucho que comunicar a quien se ama.
El amor a las personas se exige por dos razones: en primer lugar, por su naturaleza, pues es un ser social y debe convivir con los demás para poder sobrevivir y, en segundo lugar, porque es único e irrepetible. No debemos olvidar que el hombre es unidad sustancial, por lo que al decir que el hombre es persona se dignifica entero, cuerpo y alma. Esto quiere decir que no amamos con distinto nivel su cuerpo y su alma, sino ambos de la misma manera. Y esta recta consideración del cuerpo en unión al alma es la clave para entender adecuadamente los diversos aspectos tanto de nuestra propia vida personal como la de los demás.
De este modo, como futuras profesoras debemos ejercer tomando en cuenta que lo que sucede con el cuerpo y en el cuerpo afecta también al espíritu, y que todo gesto corporal tiene un significado profundo para su desarrollo integral. Este desarrollo se cimenta fuertemente durante la adolescencia, período en el cual el joven define su identidad, es un proceso complicado, pero maravilloso, del cual muchos profesores se mantienen al margen por miedo o flojera, dejando solo a ese alumno en cuerpo de adulto siendo que aún necesita de nuestro apoyo y normas.
Es preciso entonces inculcar en ellos una coherencia entre lo que son y proyectan, hacerles ver, por ejemplo, que su forma de vestir, sus gestos, palabras y modales hablan tanto o más que su aspecto exterior ya que dejan entrever lo exquisito del alma y su elegancia interior.
Es preocupante observar el entorno en el cuál se desenvuelven nuestros alumnos, donde se ha vuelto una moda entre algunos adolescentes separar lo que hacen con su cuerpo de lo que ellos son como personas. Esta disociación tendrá ciertamente consecuencias en su futuro, sobre todo en la sociedad consumista, materialista y sobre erotizada en la cual nos encontramos.
En síntesis, las personas se deben amor de modo benevolente, es decir, por sí mismas, por ser quienes son y amar de tal forma significa en última instancia desear el bien para ellas. En el ámbito de la educación estar en conocimiento de esto es de gran relevancia ya que podemos ayudar a nuestros alumnos a crecer y perfeccionarse, respetando sus características personales y entregándoles seguridad, pues ello les permitirá hacerse valorar, saber amar y ser amados.
La dignidad de la persona humana: Inmortalidad y trascendencia
Con respecto a este tema, Existen dos corrientes opuestas, que son el objetivismo antropológico y el subjetivismo antropológico. En el primer caso, el hombre debe vivir conforme a su naturaleza, entendida como algo “dado”, objetivo, que debe reconocer y respetar. En el segundo caso, el hombre rechaza la idea de una naturaleza “dada”, y vive conforme a su voluntad, se trata de un subjetivismo antropológico, posición que ha prevalecido en los últimos años. Como consecuencia de esto, se reduce la condición humana a mera “cosa”, como por ejemplo, en la explotación del hombre con fines económicos.
De ahí que cabe preguntarse ¿Existe entonces algo propio del hombre, real y objetivo, que lo haga digno? En relación a ello, hay dos tópicos importantes: la inmortalidad, entendida como inmortalidad del alma, ya que es innegable que el cuerpo es corruptible y la trascendencia, como la necesidad del hombre de permanecer en el tiempo.
Con respecto a la Inmortalidad, pueden observarse 4 visiones: cristiana, filosófica, nihilista y la relacionada con la reencarnación. Según la fe cristiana, todo hombre que ha muerto, resucitará, momento en el cual el alma va al encuentro con Dios. De ahí que según esta visión, la muerte es un mero paso a la vida eterna. Según la filosofía, el alma, por ser inmaterial es incorruptible. Además no se puede aniquilar a sí misma. Es así como por su calidad de inmortal, subsiste luego de la muerte. Por el contrario, el nihilismo, al rechazar todo dogma religioso o todo aquello que no sea verificable, rechaza también la existencia del alma. Como postula Nietzche se es “entero cuerpo y nada más”. Por lo tanto, la muerte es simplemente, dejar de existir. Finalmente, la reencarnación se refiere a que, al morir una persona, su alma se separa del cuerpo momentáneamente y después de algún tiempo, esa misma alma toma un cuerpo nuevo para volver a nacer en la tierra. De esta manera, el alma, al tener sucesivas reencarnaciones, va progresando hasta llegar a la perfección, lo que la convierte en un Espíritu Puro y así se sumerge en el infinito de la eternidad.
La Trascendencia se entiende como la necesidad del hombre, como individuo y especie, de permanecer en el tiempo. Con respecto a ella, ha habido diversos postulados, provenientes todos de filósofos. El primero de ellos es Platón, que postula que la naturaleza de la virtud – como la justicia y el pudor- es dada por los dioses a los hombres, para que éstos puedan vivir en sociedad. Posteriormente, Baruch de Spinoza también toca el tema de la trascendencia. En su obra llamada “Ética demostrada según el orden geométrico”, plantea que “Cada cosa se esfuerza, cuanto está a su alcance, por perseverar en su ser”. Finalmente, Kant plantea que el objeto de la ley moral es alcanzar el bien supremo, siendo imposible para algún ente racional alcanzar esta perfección durante su existencia. Por lo tanto, sólo puede hallarse en un “progreso proseguido hasta el infinito hacia esa perfecta conformidad”, y ese progreso ha de ser el objeto real de nuestra voluntad.
Es de esta manera, como a lo largo de épocas muy remotas, el hombre ha estado siempre cuestionándose la importancia de la inmortalidad del alma y, al mismo tiempo, la relevancia de la trascendencia, como ese deseo de permanecer en el tiempo. La pregunta ¿Hacia dónde voy? ha sido y será una interrogante eterna para el hombre, y cada uno intentará responder, según sus propias creencias.
NATURALEZA RACIONAL
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
(Kant)
La libertad de cada individuo termina donde empieza la libertad del otro:
El hombre nace con la necesidad de sociabilizar. El ser ilustrados, según Kant es el camino para llegar a adquirir la verdadera libertad de expresión. Cuando uno sabe, puede omitir opinión consistente y verdadera.
Como proceso de desarrollo del conocimiento, Kant dice que el uso constante de la razón, el respeto a la libertad del otro, etapa autoculpable, valor y la toma de decisión para pensar por uno mismo son claves para adquirir conocimiento.
Algunos apectos que dificultan este proceso son la pereza,la cobardía y la limitación a la libertad.
La libertad de expresión...
- Es base para la promoción de todos los derechos humanos.
- Es la libertad de expresar nuestro propio individualismo.
- A partir de la Teoría de Kant, es fundamental el desarrollo del conocimiento de cada personaen pos de una sociedad más justa, digna y en vías de progreso.
- universalmente el derecho de la libre expresión es uno de los más amenazados, ya que cada persona es sustancia individual de naturaleza racional,y por lo tanto ve las cosas de una forma diferente y única.
- es vulnerable porque está sujeto al consenso entre las personas.
En la etapa en que se encuentran nuestros alumnos (Enseñanza Media), los profesores debemos hacer hincapié en motivar y fortalecer la autonomía, autoconciencia y autodeterminación.
Estos factores son fundamentales para desarrollar sus capacidades intelectuales y llegar a ser libres en su toma de decisiones y expresión de opinión.
En relación a las Artes nosotros como profesores debemos se rcapaces de lograr que nuestros alumnos exterioricen y expresen sus sentimientos, emociones y pensamientos, guiando el buen uso de la libertad de expresión.
viernes, 20 de noviembre de 2009
El Ser humano como Ser Educable
· Sin el lenguaje no se hubiera transmitido los conocimientos
· La educación entrega herramientas para descubrir sus potencialidades y explotarlas
· El hombre debe buscar su desarrollo e interactuar con el resto
· La educación es una vía de auto realización
· Gracias a la educación el ser humano es capaz de acceder al plano del hacer, el valorar y el saber · La educación es un proceso real y libre.
El concepto de educabilidad (ductilidad, plasticidad).
· El hombre existe, pero tiene la misión de hacerse
· Debe desarrollar aptitudes y capacidades que lo ayuden a sobrevivir
· A través de los estímulos este va conformando su personalidad y adaptación social
· La educabilidad es una posibilidad y una categoría humana.
•La educación es el proceso mediante el cual se transmiten, valores, costumbres y formas de actuar.
•La educación no sólo se produce a través de la educación formal (escuela, universidad), sino también educación informal (familia, amigos, vecinos).
•La educación es el medio más acertado para la formación de la personalidad e identidad de las personas, adquiriendo un papel importante en la sociedad.
•La educación es el pasaporte de los individuos, al conocimiento.
•Se debe estar en una constante búsqueda, en el aprender a aprender para poder trascender como seres humanos en nuestra sociedad.
La Educabilidad del Siglo XXI
•Se ha multiplicado en forma exponencial la inteligencia de la especie
•La globalización exige al docente nuevas formas de ver la educación
•El cerebro tiene plasticidad y es modificable
Conclusiones
•Debido a la Educación, el ser humano es capaz de acceder al plano del hacer, del valorar y del saber, vale decir, es capaz de superar su naturaleza primaria.
•El educarse es fundamental en el hombre, mediante la ayuda y colaboración con otros se convierte en una persona autónoma e independiente, capaz de convivir con otros armónicamente
lunes, 16 de noviembre de 2009
TRASCENDENCIA HUMANA Y EDUCACIÓN
La pedagogía cumple un papel muy importante a la hora del desarrollo autónomo de la persona; el profesor tiene la misión de dar las herramientas necesarias para que el alumno o estudiante logre desarrollar nuevas habilidades, gracias a las competencias y destrezas que el profesor concentra en él. Con estas competencias el alumno será formado para enfrentar el mundo que le espera en el futuro y así además poder vivir mejor día a día.
Gracias a las habilidades otorgadas, muchas veces por el profesor, el alumno esta capacitado para desarrollar su propia perspectiva de trascendencia, formando así su autonomía en este mundo. Al profesor no le interesa que al alumno adopte una forma particular de ver la transcendencia, todo lo contrario, lo que se quiere conseguir con la pedagogía es que el alumno por sus propias competencias, ya adquiridas, pueda tener su propia visión de lo que es trascendente y así desarrollarlo.
Se podría decir, que una de las finalidades de la pedagogía es el desarrollo humano del estudiante, y por ende fomentar su autonomía y gracias a ésta el hombre puede comprender por sí mismo el sentido de trascender, por lo que también se podría decir que este sentido es una competencia adquirida por la pedagogía, dentro de muchas otras.
En el siguiente esquema se identifican todas las competencias que se pueden adquirir gracias a la pedagogía, logrando un desarrollo integral; dentro de estos se encuentra la trascendencia.