¿Qué se entiende por dignidad? Esta se refiere a la “cualidad de digno” que una cosa o persona posee. En este sentido, la dignidad humana señala la característica del hombre de ser acreedor de todo aquello que le corresponde por ser hombre, es decir es inherente a él.
Con respecto a este tema, Existen dos corrientes opuestas, que son el objetivismo antropológico y el subjetivismo antropológico. En el primer caso, el hombre debe vivir conforme a su naturaleza, entendida como algo “dado”, objetivo, que debe reconocer y respetar. En el segundo caso, el hombre rechaza la idea de una naturaleza “dada”, y vive conforme a su voluntad, se trata de un subjetivismo antropológico, posición que ha prevalecido en los últimos años. Como consecuencia de esto, se reduce la condición humana a mera “cosa”, como por ejemplo, en la explotación del hombre con fines económicos.
De ahí que cabe preguntarse ¿Existe entonces algo propio del hombre, real y objetivo, que lo haga digno? En relación a ello, hay dos tópicos importantes: la inmortalidad, entendida como inmortalidad del alma, ya que es innegable que el cuerpo es corruptible y la trascendencia, como la necesidad del hombre de permanecer en el tiempo.
Con respecto a la Inmortalidad, pueden observarse 4 visiones: cristiana, filosófica, nihilista y la relacionada con la reencarnación. Según la fe cristiana, todo hombre que ha muerto, resucitará, momento en el cual el alma va al encuentro con Dios. De ahí que según esta visión, la muerte es un mero paso a la vida eterna. Según la filosofía, el alma, por ser inmaterial es incorruptible. Además no se puede aniquilar a sí misma. Es así como por su calidad de inmortal, subsiste luego de la muerte. Por el contrario, el nihilismo, al rechazar todo dogma religioso o todo aquello que no sea verificable, rechaza también la existencia del alma. Como postula Nietzche se es “entero cuerpo y nada más”. Por lo tanto, la muerte es simplemente, dejar de existir. Finalmente, la reencarnación se refiere a que, al morir una persona, su alma se separa del cuerpo momentáneamente y después de algún tiempo, esa misma alma toma un cuerpo nuevo para volver a nacer en la tierra. De esta manera, el alma, al tener sucesivas reencarnaciones, va progresando hasta llegar a la perfección, lo que la convierte en un Espíritu Puro y así se sumerge en el infinito de la eternidad.
La Trascendencia se entiende como la necesidad del hombre, como individuo y especie, de permanecer en el tiempo. Con respecto a ella, ha habido diversos postulados, provenientes todos de filósofos. El primero de ellos es Platón, que postula que la naturaleza de la virtud – como la justicia y el pudor- es dada por los dioses a los hombres, para que éstos puedan vivir en sociedad. Posteriormente, Baruch de Spinoza también toca el tema de la trascendencia. En su obra llamada “Ética demostrada según el orden geométrico”, plantea que “Cada cosa se esfuerza, cuanto está a su alcance, por perseverar en su ser”. Finalmente, Kant plantea que el objeto de la ley moral es alcanzar el bien supremo, siendo imposible para algún ente racional alcanzar esta perfección durante su existencia. Por lo tanto, sólo puede hallarse en un “progreso proseguido hasta el infinito hacia esa perfecta conformidad”, y ese progreso ha de ser el objeto real de nuestra voluntad.
Es de esta manera, como a lo largo de épocas muy remotas, el hombre ha estado siempre cuestionándose la importancia de la inmortalidad del alma y, al mismo tiempo, la relevancia de la trascendencia, como ese deseo de permanecer en el tiempo. La pregunta ¿Hacia dónde voy? ha sido y será una interrogante eterna para el hombre, y cada uno intentará responder, según sus propias creencias.
Con respecto a este tema, Existen dos corrientes opuestas, que son el objetivismo antropológico y el subjetivismo antropológico. En el primer caso, el hombre debe vivir conforme a su naturaleza, entendida como algo “dado”, objetivo, que debe reconocer y respetar. En el segundo caso, el hombre rechaza la idea de una naturaleza “dada”, y vive conforme a su voluntad, se trata de un subjetivismo antropológico, posición que ha prevalecido en los últimos años. Como consecuencia de esto, se reduce la condición humana a mera “cosa”, como por ejemplo, en la explotación del hombre con fines económicos.
De ahí que cabe preguntarse ¿Existe entonces algo propio del hombre, real y objetivo, que lo haga digno? En relación a ello, hay dos tópicos importantes: la inmortalidad, entendida como inmortalidad del alma, ya que es innegable que el cuerpo es corruptible y la trascendencia, como la necesidad del hombre de permanecer en el tiempo.
Con respecto a la Inmortalidad, pueden observarse 4 visiones: cristiana, filosófica, nihilista y la relacionada con la reencarnación. Según la fe cristiana, todo hombre que ha muerto, resucitará, momento en el cual el alma va al encuentro con Dios. De ahí que según esta visión, la muerte es un mero paso a la vida eterna. Según la filosofía, el alma, por ser inmaterial es incorruptible. Además no se puede aniquilar a sí misma. Es así como por su calidad de inmortal, subsiste luego de la muerte. Por el contrario, el nihilismo, al rechazar todo dogma religioso o todo aquello que no sea verificable, rechaza también la existencia del alma. Como postula Nietzche se es “entero cuerpo y nada más”. Por lo tanto, la muerte es simplemente, dejar de existir. Finalmente, la reencarnación se refiere a que, al morir una persona, su alma se separa del cuerpo momentáneamente y después de algún tiempo, esa misma alma toma un cuerpo nuevo para volver a nacer en la tierra. De esta manera, el alma, al tener sucesivas reencarnaciones, va progresando hasta llegar a la perfección, lo que la convierte en un Espíritu Puro y así se sumerge en el infinito de la eternidad.
La Trascendencia se entiende como la necesidad del hombre, como individuo y especie, de permanecer en el tiempo. Con respecto a ella, ha habido diversos postulados, provenientes todos de filósofos. El primero de ellos es Platón, que postula que la naturaleza de la virtud – como la justicia y el pudor- es dada por los dioses a los hombres, para que éstos puedan vivir en sociedad. Posteriormente, Baruch de Spinoza también toca el tema de la trascendencia. En su obra llamada “Ética demostrada según el orden geométrico”, plantea que “Cada cosa se esfuerza, cuanto está a su alcance, por perseverar en su ser”. Finalmente, Kant plantea que el objeto de la ley moral es alcanzar el bien supremo, siendo imposible para algún ente racional alcanzar esta perfección durante su existencia. Por lo tanto, sólo puede hallarse en un “progreso proseguido hasta el infinito hacia esa perfecta conformidad”, y ese progreso ha de ser el objeto real de nuestra voluntad.
Es de esta manera, como a lo largo de épocas muy remotas, el hombre ha estado siempre cuestionándose la importancia de la inmortalidad del alma y, al mismo tiempo, la relevancia de la trascendencia, como ese deseo de permanecer en el tiempo. La pregunta ¿Hacia dónde voy? ha sido y será una interrogante eterna para el hombre, y cada uno intentará responder, según sus propias creencias.
Casino Roll
ResponderEliminarCasino Roll offers a live casino 프라그마틱 슬롯 table games 사설 토토 사이트 like Blackjack, Roulette and Blackjack 프라하 사이트 with live dealers and a Casino Roll gives 텐벳 players the 먹튀 검증 먹튀 랭크 option to play casino games for real